El ejército húngaro está listo para garantizar la aplicación de las nuevas leyes húngaras para fortificar la frontera con Serbia.
Los militares participarán en las tareas de registro de los refugiados y en la protección de la barrera, para lo que llevarán equipamiento antidisturbios y armas de fuego.
La nueva normativa, que entra en vigor este martes 15 de septiembre, castiga con penas de hasta tres años de cárcel la entrada ilegal en Hungría, además de imponer multas por escalar o dañar la barrera y castigos más severos a los traficantes.
Siempre según las nuevas normas, los solicitantes de asilo tendrán que registrar su petición antes de entrar en Hungría, lo que quiere decir que harán cola en Serbia durante el trámite.
El problema es que muchos podrían ser devueltos a Serbia o no llegar a salir de allí: Hungría considera que Serbia es un país seguro, y podría no dar el estatuto de refugiados a aquellos solicitantes cuya vida no corre peligro. El procedimiento dura diez días c