Estampas de guerra en las calles de Cizre, en el sureste de Turquía, tras el levantamiento del toque de queda establecido el pasado día cuatro. Las operaciones del Ejército turco contra supuestos miembros del PKK han dejado profundas huellas en algunos barrios de esta localidad kurda de cerca de ciento cincuenta mil habitantes. Muchos no esconden su indignación:
“Estábamos aterrorizados. No teníamos electricidad. Pasamos hambre. No vivíamos. Que demonios hicimos para merecer esto. Espero que Dios te castigue por esto, Erdogan”.
Según el parte oficial, durante los ocho días que duró el toque de queda se registraron varios tiroteos y ataques con explosivos contra patrullas policiales. Las refriegas entre las fuerzas del orden y la guerrilla dejaron, según las mismas fuentes, ocho muertos (un civil y siete militantes del PKK) y 11 agentes heridos . Fuentes kurdas hablan de entre 11 y 20 civiles muertos. A pesar del levantamiento del toque de queda, en Cizre sigue habiendo una fuerte p
