La lucha libre americana, o más en concreto la World Wrestling Federation (WWF, rebautizada como WW Entertainment en la actualidad) lleva siendo desde aquellos ya lejanos 80 un maravilloso entretenimiento televisivo, exportado desde los Estados Unidos a muchos otros países, entre los que por supuesto se incluye España. Los treintañeros de la actualidad recordamos con nostalgia aquellas inolvidables retransmisiones de Pressing Catch, servidas por una Tele 5 aún inmersa en sus primeros y dorados años, mucho antes de que acabara siendo arruinada por la telebasura. Hulk Hogan, el Último Guerrero, André el Gigante, Míster Perfecto y muchos otros nos acompañaban en unas sesiones matinales de fin de semana que quedaron grabadas a fuego en nuestras por entonces aún jóvenes mentes. Por supuesto, tras acabar de ver la televisión no queríamos otra cosa que emular a nuestros héroes favoritos, algo arriesgado puesto que realizarle una sillita eléctrica al gato o a nuestro hermano pequeño podía acabar teniendo desastrosas consecuencias.
Por suerte, los videojuegos se mostraron como la forma más segura de emular a las estrellas de la WWF y así poder experimentar por ejemplo lo que el Bulldog Británico sentía al estampar una silla en el rostro del Sargento Slaughter. El primer videojuego de la WWF apareció en 1989 para NES, aunque todos los que no poseyeran la consola de 8 bits también podían disfrutar del Pressing Catch interactivo gracias a una fenomenal recreativa aparecida también en aquel año. WWF SuperStars, que así se llamaba la criatura, fue programada por Technos, grandes maestros en el noble arte del guantazo a mano abierta gracias a títulos anteriores como Renegade o Double Dragon. La popularidad de dicha recreativa ascendió notablemente nada más aparecer, ya que no solo nos ofrecía la oportunidad de controlar a nuestros ídolos de la WWF, sino que además resultó ser un juego fenomenal.
En cuanto a la parcela doméstica, fue finalmente en 1991 cuando ocurrió lo que todo el mundo esperaba: la llegada de un juego de WWF destinado a ordenadores personales, los por entonces sistemas mayoritarios en el viejo continente. Dicho título llevó por nombre WWF WrestleMania, y fue lanzado en Spectrum, Amstrad, Commodore 64, Atari ST, Amiga y PC. Aunque solo fuera por la portada, en la que aparecía Hulk Hogan en posición destacada junto al Sargento Slaughter y el Bulldog Británico, el juego se convirtió en un must have para el aficionado a la WWF. Pero, ¿era un buen juego? Bien, teniendo en cuenta que de la programación del título se encargó Twilight, un estudio británico que, entre otras creaciones, poseía en su currículum una extraordinaria conversión a ordenadores de la recreativa Rod Land, y que la popular Ocean se encargó de la supervisión y distribución, entonces la respuesta no puede ser otra que un “sí” rotundo.