Durante los años 80 se desarrolló lo que posteriormente se ha dado a conocer como la edad de oro del software español. Una época mágica, inolvidable e irrepetible en la que, con los microordenadores de 8 bits como punta de lanza, surgió y se asentó en España una notable industria de desarrollo de videojuegos que incluso llegó a tener proyección internacional. Compañías como Dinamic, Topo, Opera, Erbe o Zigurat; nombres como Pablo, Nacho y Víctor Ruiz, Paco Pastor, Javier Cano o Paco Menéndez; juegos como La Abadía del Crimen, Army Moves, Freddy Hardest, Game Over o Narco Police… La edad de oro del software español terminó, pero tanto los logros que se alcanzaron como las personas que los hicieron posibles siguen muy presentes en la memoria de los aficionados. Y uno de los nombres que más se repiten incluso a día de hoy no es otro que el de Alfonso Azpiri, dibujante e historietista español que maravilló a toda una generación con las magníficas ilustraciones que adornaban las carátulas de muchos de los juegos de aquella época.
Así, mientras Azpiri lanzaba obras como Lorna o Mot en publicaciones de la talla de Cimoc, Heavy Metal o El País, llegó a desarrollar unas 200 ilustraciones que hicieron que muchos usuarios de la época compraran juegos únicamente por el dibujo que adornaba la carátula, sin prestar mucha atención a las capturas que la acompañaban. A pesar de que tras la caída de la industria del videojuego española Azpiri se centró en su faceta de creador de cómics e ilustrador, siempre ha estado presente de una u otra forma, ya sea para dibujar carátulas de proyectos como La Corona Encantada o portadas de publicaciones como la del último número de Retro Maniac, lanzar portafolios y recopilatorios de su obra, o desarrollar la reciente ilustración para la edición especial del esperado videojuego Dark Souls II. Pero en esta ocasión nos centraremos en una de sus obras más clásicas y conocidas, Mot. Este gigantesco y peculiar monstruo fue creado en 1989, desarrollándose a lo largo de una serie de aventuras publicadas inicialmente en el suplemento El Pequeño País, las cuales fueron hace unos años recopiladas en dos volúmenes de obligada adquisición para los seguidores del artista.
El éxito del personaje incluso generó una serie de animación de 26 capítulos. Pero lo que en esta ocasión nos interesa es su adaptación a videojuego. Y es que Azpiri no solo desarrolló carátulas durante los 80, sino que también llevó a sus personajes más famosos al mundo del videojuego. Eso sí, este título no era nada del otro mundo, y es recordado más por ser una creación de Azpiri llevada a formato interactivo que por la propia calidad de un juego que consta de tres fases divididas en cuatro partes, lo que antaño se conocía como cargas, siendo la primera la propia introducción a la aventura.
