Todos los caminos llevan a Alemania. El goteo incesante de refugiados que han sido trasladados desde Hungría hasta Austria ha continuado, alcanzando los 10.000 en las últimas cuarenta y ocho horas. Pero la mayoría de ellos, muchos procedentes de la guerra siria, consideran que tan solo se trata de un lugar de paso. Solo el sábado, más de 7.000 inmigrantes llegaron a la ciudad germana de Munich.
La desesperación motivada por la actuación del Gobierno húngaro, al que solo la ola migratoria le ha hecho habilitar el traslado de refugiados, he hecho que este sábado unas quinientas personas comenzaran a caminar los 175 kilómetros que separan la estación central de Budapest de la frontera austriaca.
Mientras tanto, miles de personas siguen atravesando Serbia con el fin de llegar a la frontera húngara. Cerca de 140.000 han entrado en el país magiar en lo que va de año. Allí se enfrentan a un Gobierno, el de Viktor Orbán, que ha construido una valla para impedir su sueño de buscar un futur