Preparando el programa de hoy sobre Siria, pregunté que si el anuncio de este programa lo trasladáramos al año 2013, habría alguna diferencia, y la respuesta que encontramos fue no.
Que la única diferencia en primera instancia sería el número de la muerte, nada más: 250 mil muertos y 12 millones de personas que han abandonado sus casas.
Esa es la cifra de una incontable historia de 4 años. Hoy en “Detrás de la Razón”, analizaremos no las diferencias entre el 2012 y hoy, no la historia de lo que ya conocemos, sino lo que queda de futuro para esa nación.
Qué hace Occidente para restablecer la paz ahí, pregunta polémica, porque para muchos, nada, al contrario. La crítica que Irán y Rusia hacen a EE.UU. y sus aliados regionales como Arabia Saudí, Catar y Turquía por apoyar a los grupos armados.
Las contradicciones de los occidentales, como crear campos de entrenamiento para todos los que quieran derrocar al presidente de Siria, Bashar al-Asad.
El problema más grave, más allá de la política y las rutas del poder, es que se está muriendo mucha gente inocente ante los brazos cruzados de las potencias del mundo que pueden, pero no quieren, parar la sangría.
¿Qué pasaría si esos 250 mil muertos fueran franceses, alemanes o estadunidenses?
¿Sería entonces la tercera guerra mundial, o simplemente no los habría?
¿Por qué no dejarían que pasara una matanza así?
¿Por qué la dejan en Siria?
Con este argumento, todo indica que inhumanamente los del poder, ven a los sirios como menos importantes, como seres humanos de segunda clase.