Un incendio provocado ha afectado una antigua escuela cerca de Hannover que servía de albergue a una treintena de refugiados.
A principios de semana un gimnasio adaptado para acoger refugiados fue incendiado en el norte del país con una bomba de gasolina.
Las autoridades alemanas temen que detrás de los ataques a hogares de refugiados estén incipientes células terroristas de ultraderecha.
En Heidenau, cerca de Dresde vecinos antinazis dieron una fiesta de bienvenida a los refugiados. Un tribunal anuló la orden gubernamental de no celebrar actos públicos después de las agresioines de la extrema derecha contra un centro de refugiados.
Para el dirigente del Partido Verde Cem Oezdemir: “Es inaceptable que la extrema derecha nos marque el orden del día. Si la gente quiere dar una fiesta de bienvenida a los refugiados, la policía tiene que garantizar la seguridad de la gente”.
El sábado pasado en Heidenau ultraderechistas del Partido Nacionalista Alemán intentaron asaltar un centro