Hungría construye un vallado de 175 kilómetros de largo y cuatro metros de alto en la frontera con Serbia para evitar la entrada de inmigrantes. El levantamiento de esta vasta barrera, que debería estar acabada este lunes, coincide con la movilización de más de 2.000 policías húngaros para reforzar la defensa de su frontera.
La construcción de este vallado forma parte de las duras medidas antiinmigración adoptadas por el Gobierno de Viktor Orban.
A pesar de ello, los refugiados continúan llegando. Tarde o temprano encontrarán un reducto libre de obstáculos, como las vías del tren. Un joven afgano explica a Euronews por qué estos inmigrantes persistirán en su intento por cruzar la frontera:
“Mi padre fue asesinado brutalmente en Afganistán, porque allí no les importas, no hay humanidad, se matan los unos a los otros por nada. Si eres rico, te matarán por dinero. Serán tus enemigos solo por eso. Allí no hay humanidad”, dijo.
El registro de indocumentados puede llevar mucho tiemp