No hay barreras ante la desesperación… Hungría ha desplegado a más de mil policías en la frontera con Serbia para intentar contener el intenso flujo de inmigrantes clandestinos procedentes de África y Oriente Medio. La mayoría son refugiados que huyen de países en conflicto como Sudán, Siria, Irak o Afganistán. En la mente de todos, un sueño llamado Europa:
- “Quiero formar parte de un país”, confiesa este ciudadano sirio, “quiero pertenecer a un país, quiero una cultura, una civilización, no es por dinero o por la comida, es por la libertad, la libertad de espíritu, de enseñanza, quiero ser parte del mundo civilizado”.
Hungría es una correosa puerta de entrada a la Unión Europea para la mayoría de los inmigrantes, cuyo destino deseado suele ser Alemania, Austria, Suecia o el Reino Unido. Budapest, que está construyendo una gigantesca valla a lo largo de la frontera, está desbordado:
- “Sé que la Unión Europea lo está intentando todo, pero que podría hacer más”, comenta con amargur