El exsecretario general del Partido Popular de Madrid Francisco Granados, presunto cerebro de la trama de corrupción Púnica, aseguró ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco que sólo tuvo una cuenta bancaria en Suiza entre 1994 y 2000 y que ese año se la traspasó a su socio, el constructor David Marjaliza, con unos fondos de entre 320.000 y 340.000 euros.