105 millones de dólares, casi unos 95 millones de euros, deberá pagar la gigante automotriz por no informar a sus clientes de las campañas de retirada y los retrasos en la distribución de piezas para los vehículos.
Como parte del acuerdo, la automovilística se compromete a ofrecer a sus clientes la posibilidad de recomprar hasta 1,5 millones de vehículos y que una auditora independiente revise durante los próximos tres años la retirada de sus productos.
Fiat Chrysler realizó 23 campañas de retirada que afectaron a 11 millones de vehículos.
Una de estas llamadas a revisión afectó a modelos Jeep con depósitos de combustibles colocados en la parte trasera. La empresa pagará a los propietarios para que instalen piezas que protejan los depósitos.