Desde finales del siglo XVIII la fábrica de armas de Izhevsk, cerca de los Urales, se dedica a suministrar al ejército ruso. Es aquí donde comenzó a producirse el AK-47, quizá uno de los fusiles más famosos del mundo.
El nuevo fusil está llamado a convertirse en el nuevo icono de la marca de armas más famosa del mundo.