Las autoridades locales han cortado este sábado la cinta roja de apertura en medio de una gran expectación.
El dispositivo de seguridad se ha incrementado considerablemente en este lugar, considerado entonces un símbolo del crecimiento económico de Kenia.
El ataque terrorista, en el que fueron asesinadas 67 personas, causó una gran conmoción en el país africano.
“Ese día fue realmente trágico. Mi dependienta, Caroline estaba aquí ese día y tuvo la suerte de escapar con vida. Pero ella ahora no quiere revivir lo que pasó. Solo queremos ser positivos y seguir hacia delante”, explicaba la propietaria de una tienda, Olga Ercolano.
En septiembre de 2013, al menos cuatro militantes del grupo yihadista Al Shabab entraron en el centro comercial armados con kalashnikov, tomando rehenes y matando e hiriendo a todo el que se cruzaba en su camino. Un suceso que se prolongó durante cuatro días.
