Los griegos contienen la respiración, pendientes de lo que pasa en Bruselas.
El Gobierno heleno se ha comprometido a aumentar impuestos, reducir pensiones y llevar a cabo privatizaciones, entre otras medidas, a cambio de lograr un tercer rescate y evitar la bancarrota y la salida del euro.
“Es un momento crucial, en el que la gente siente incertidumbre. Todo lo que se está diciendo sobre el Grexit, o la quiebra, hace que la gente se sienta insegura”, dice un griego.
“Creo que todo este proceso es un poco hipócrita. Tras cinco meses, hemos llegado al último momento y no hemos podido encontrar una solución, a pesar de que parece que las cosas mejoran entre nuestros socios. El único que insiste es el señor Schäuble y no sé cuál es su interés. Esperamos que se encuentre una solución”, señala una griega.
Mientras los bancos griegos siguen cerrados y dependiendo de la liquidez de urgencia acordada por el Banco Central Europeo (BCE), el plan Tsipras es considerado como la última o