Santa Cruz (Bolivia), 10 jul (EFE).- El papa Francisco visitó hoy el cárcel de Palmasola, en Bolivia, donde están recluidos cerca 5.000 presos, y en este lugar dijo que "la reclusión no debe ser exclusión", al tiempo que destacaba la importancia del proceso de reinserción.
"No podía dejar Bolivia sin venir a verles", dijo el papa en una alocución en el cárcel de Palmasola, donde se encuentran recluidos hombres, mujeres y menores con sus familias, en una especie de "ciudad prisión".
Después recalcó que "reclusión no es lo mismo que exclusión", en esta cárcel, autogestionada por los reclusos y una de las más violentas de Bolivia.
El papa se presentó a los reclusos cómo "un hombre perdonado. Un hombre que fue y es salvado de sus muchos pecados".
En el campo de deportes del pabellón PS4, donde residen 2.800 hombres, explicó que "la reclusión forma parte de un proceso de reinserción en la sociedad", pero matizó como son muchos los elementos que juegan en su contra en este lugar.
"Lo sé bien", agregó y citó "el hacinamiento, la lentitud de la justicia, la falta de terapias ocupacionales y de políticas de rehabilitación y la violencia".
En una intervención, el obispo responsable de la pastoral penintenciara de Bolivia, Jesús Juárez, había criticado ante el papa el "escándalo" de los retrasos de la Justicia y como el 84 % de las personas privadas de libertad no tienen una sentencia en firme, al tiempo que condenaba el "hacinamiento que niega la dignidad humana".
Ante varios miles de presos, que llegaron de otras prisiones del país, Francisco pidió entonces "una rápida y eficaz alianza interinstitucional para encontrar respuestas".
"Mientras se lucha por eso no podemos dar todo por perdido", les dijo, y les indicó cosas qué se pueden hacer cómo la pacífica convivencia.
Francisco, quien escuchó con atención los testimonios de algunos reclusos, destacó la importancia de la presencia de las familias, pues "recuerdan que merece la pena vivir y luchar por un mundo mejor".
También tuvo una palabra de aliento al personal del centro que cumplen "un servicio público fundamental" y tienen una importante tarea en el proceso de reinserción.
"Tarea de levantar y no rebajar; de dignificar y no humillar; de animar y no afligir. Proceso que pide dejar una lógica de buenos y malos para pasar a una lógica centrada en ayudar a la persona", indicó.
Esta actitud, agregó el pontífice argentino, "generará mejores condiciones para todos. Ya que un proceso así vivido nos dignifica, anima y levanta a todos".
Francisco escuchó con atención los testimonios de algunos de los detenidos y aseguró "cómo el dolor no es capaz de apagar la esperanza en lo más profundo del corazón, y que la vida sigue brotando con fuerza en circunstancias adversas".
A los reclusos, Francisco que ya cuando era arzobispo de Buenos Aires iba a visitar las cárceles y lo ha continuado como pontífice, les habló del amor de Dios, "que sana, pe