El viejo puerto de Dubái (‘the creed’, el riachuelo), en los Emiratos Árabes Unidos, se prepara para el levantamiento de las sanciones occidentales a Irán. No en vano, es el mejor situado en el Golfo Pérsico para aprovechar la apertura de las fronteras, ya que se halla a menos de doscientos kilómetros de las islas iraníes y a quinientos de su costa. De hecho, medio millón de iraníes viven en Dubái a donde se han ido refugiando desde la revolución islámica en 1979. Este año también fue el primero en que se empezaron a aplicar unas sanciones occidentales que han ido en aumento.
“Actualmente, Dubái vive su propia vida”, explica a Euronews Iman Motameni, responsable de la empresa de transporte comercial Sawan Trading. “Pienso que ahora cambiarán muchas cosas. Entre un setenta y un ochenta por ciento de los barcos de aquí se dirigían a Irán. Desde que se implantaron las sanciones, nadie en Irán compra productos de Dubái o que transiten por nuestra zona”.
Se calcula que Irán es el segund
