Ciborgs: Humanos bionicos (Biomecatronica, Hugh Herr)

2015-07-02 93

En medicina, hay 2 tipos de cíborg: los de restauración y de mejora. Las tecnologías de restauración se encargan de “restaurar funciones perdidas, órganos y extremidades”. El aspecto clave de la “ciborgización” restaurativa es la reparación de procesos tanto rotos o faltantes para revertirlos y convertirlos a un nivel de función saludable o a un nivel promedio. No hay ninguna mejora a las facultades originales y los procesos perdidos. Por el contrario, el cíborg encargado de mejora “sigue un principio, el principio de rendimiento óptimo, el cuan consiste en la maximización de salida y la minimización de las entradas”. Por lo tanto, un cíborg mejorado intenta superar los procesos normales o incluso adquirir nuevas funciones que originalmente no estaban presentes. Aunque las prótesis en general suplementan cuerpos dañados o perdidos con la integración de un artificio mecánico, implantes biónicos en medicina permiten que modelos de órganos o partes del cuerpo sean capaces de imitar la función origina de una manera más exacta. Michael Chorost escribió un libro de memorias de su experiencia con implantes cocleares, u oídos biónicos, titulado “Rebuilt: How Becoming Part Computer Made Me More Human”. Jesse Sullivan se convirtió en una de las primeras personas en operar una extremidad totalmente robótica a través de un injerto de nervio-músculo, permitiéndole un rango complejo de movimientos más allá de las prótesis anteriormente utilizadas. Para el 2004, un corazón artificial completamente funcional fue desarrollado. El continuo desarrollo tecnológico de la biónica y la nanotecnología empieza a plantear preguntas de la mejora, y las futuras posibilidades de cíborgs que sobrepasan la funcionalidad original del modelo biológico. La ética y el deseo por “prótesis mejoradas” han sido debatidas; sus proponentes incluyen el movimiento transhumanista, con su creencia respecto a que las tecnologías emergentes pueden asistir a la raza humana para el desarrollo más allá de sus presentes, limitaciones normativas como el envejecimiento y las enfermedades, así como incapacidades más generales, como lo son las limitaciones en velocidad, fuerza, resistencia e inteligencia. Los oponentes del concepto describen lo que creen respecto a los sesgos que impulsan el desarrollo y la aceptación de dichas tecnologías, a saber, un sesgo hacía la funcionalidad y eficiencia que podría obligar a asentir una perspectiva del ser humano que resta importancia al definir las características de las manifestaciones actuales sobre humanidad y la persona, a favor de la definición de términos de mejoras, versiones y utilidad.