José Gregorio Hernández, siervo de Dios, médico de los necesitados, ayudante incansable de quien no tenía posibilidades, hombre fiel y ciudadano honesto, aún no ha sido beatificado por el Vaticado, pero pese a ello, la iglesia católica venezolana trabaja para que se logre la petición que desde hace muchos años, los fieles esperan