El cierre de los bancos griegos no solo afecta fuertemente a los ciudadanos de a pie, sino también al mundo empresarial que necesita operar con las entidades financieras. Las transacciones también están paralizadas y las compañías no pueden acceder a las cuentas o satisfacer sus pagos. La economía del país corre el riesgo de paralizarse a su vez.
“Es preocupante para las gestiones diarias de negocios”, se inquieta en declaraciones a Euronews el presidente de la Cámara de Comercio de Atenas, Kostas Mihalos. “Desde la decisión del cierre, no podemos hacer transacciones bancarias en el extranjero por internet. Teniendo en cuenta que nuestra economía no posee una producción propia importante y por tanto depende de las importaciones, deberían haber medidas para que las empresas locales pudieran operar con agentes extranjeros. O sea, que no hubiera problemas en la cadena de suministro”.
La actividad financiera está bloqueada porque, además, la bolsa de Atenas también ha sido obligada a