La ciudadanía griega, ahogada por la dramática situación financiera que atraviesa el país, salió a las calles de Atenas para protestar contra los acreedores y las instituciones europeas. Cientos de manifestantes defendieron el ‘no’ a la austeridad en el referéndum del 5 de julio.
“Ahora es nuestro momento de decir ‘no’, los acreedores quieren el país en su conjunto. Quieren nuestra libertad, nuestros derechos, quieren nuestras propiedades y nuestra patria. Creo que el pueblo griego reaccionará”, dijo un ateniense.
“Desde que el gobierno optó por moverse en el marco de la Unión Europea y sentarse en la mesa de negociación con los acreedores, era evidente que no había ninguna posibilidad de conseguir un acuerdo que respondiera a las demandas de la gente”, comentó otro manifestante.
Los griegos asimilan con ansiedad la consulta a la que han sido convocados. Un referéndum que marcará un punto de inflexión en la historia de la Unión Europea.