Valencia, 21 junio 2015 (CERES TV / EFE)
El despliegue tecnológico de última generación del nuevo espectáculo de Miguel Bosé, ideado para presentar a lo grande su último disco, ha enmarcado sus éxitos de siempre como cuadros del museo personal del pop que el artista, a sus 59 años, sigue cuidando con orgullo, ironía y reivindicación.
Una casi llena plaza de toros de Valencia ha sido testigo privilegiado del inicio de la gira española de presentación de "Amo" (como verbo, no como nombre), el vigésimo disco de estudio de un Bosé recién aterrizado de Norteamérica y con todo un verano por delante para recorrer España con conciertos de dos horas, más de una veintena de temas y mucha parafernalia digital.
Con el blanco por montera en su vestuario y en el del resto de músicos y coristas, el espectáculo es una sucesión ininterrumpida de temas ya conocidos y varios grandes éxitos aderezada por media docena de cortes de su último trabajo, lo cual es una garantía para el público de mediana edad que agradece poder corear, bailar y aplaudir a rabiar los temas más reconocibles del cancionero de Bosé.
Su objetivo con esta gira es, asegura, hacer al espectador testigo de aquello que más le ha interesado a lo largo de su vida, desde la aritmética hasta la astronomía pasando por la biología marina, el mundo animal y vegetal o la literatura, todo ello aderezado con robótica, luces y sonido de última generación.
El escenario está protagonizado en esta gira por cuatro grandes bloques verticales que actúan como proyectores de videocreaciones con esas temáticas y hasta de biombos decorativos, pues se mueven por la plataforma, entre los músicos, formando así parte de la coreografía.
Ahijado de Picasso y con un Warhol por portada de su "Made in Spain" de 1983, Bosé se ha postulado siempre como artista y lo quiere seguir demostrando en este espectáculo, desde su atuendo inmaculado y cómodo para trabajar hasta sus poses teatrales o su reivindicación de lo dura que es la vida del músico
