Son sucesos de todos los días, pero que desangran poco a poco a la sociedad estadounidense.
En Detroit una persona ha muerto y nueve han resultado heridas en un tiroteo durante un picnic familiar. Los testigos afirmaron que uno de los presentes fue declarado como el objetivo del ataque por parte del tirador. Uno de los heridos está en estado grave y la policía sigue buscando sospechosos.
Y en el oeste de Filadelfia dos niños y cinco adultos han resultado heridos en otro tiroteo contra otro picnic que se celebraba en el barrio. Una de las víctimas, un bebé de 18 meses, fue alcanzado en el cuello.
El reciente de Charleston, con claro tinte racista y que acabó con la vida de nueve personas, ha vuelto a relanzar también el debate sobre las armas de fuego en Estados Unidos.
