El anuncio de un alto el fuego en Yemen podría ser cuestión de horas.
El enviado especial de Naciones Unidas para este país,
Ismail Uld Sheij Ahmed, promotor de las negociaciones, ultima en Ginebra los detalles con representantes de ambos bandos, los rebeldes hutíes y el Gobierno en el exilio.
En una de las comparecencias, una mujer ha lanzado un zapato contra el jefe de la delegación hutí, denunciando el sufrimiento de su pueblo.
Se espera que el cese de hostilidades pueda durar todo el Ramadán, el mes de ayuno musulmán.
Según la ONU, 21 millones de yemeníes necesitan ayuda humanitaria urgente. No tienen comida, agua ni electricidad.
El pasado febrero, los hutíes, de religión chií, tomaron la capital, Saná, forzando al exilio al presidente.
Desde marzo, una coalición liderada por Arabia Saudí, de mayoría suní, ha bombardeado el país, causando más de 2 500 muertos, la mitad de ellos civiles.
