Si pensaba que Laive es una empresa extranjera, se equivoca, pues sus inicios se remontan al año 1910, cuando los señores Domingo y Demetrio Olavegoya, Felipe Chávez y Juan Valladares fundan una sociedad en Junín, con 500 mil libras peruanas. Su fuerte era la lana, pero con la crisis europea, deciden dedicarse a la producción de mantequilla y quesos. En los años 70’ llega la Reforma Agraria que les expropió las tierras y los animales. Pese a ello, esta empresa decidió reinventarse, por lo que se traslada a Santa Clara, en Lima, donde empieza a acopiar leche líquida y en polvo para fabricar sus productos. En los 80’ se define como una empresa lechera y pone una planta de quesos maduros y una acopiadora en Arequipa. En los 90’, se abre una planta de ultrapasteurización en la capital y una de concentración en Majes. Al respecto, conversamos con su gerente, Luis Ferrand.