Este adolescente peruano ha convivido durante un mes con un desagradable compañero: un gusano de 2.54 centímetros. Para poder extirparlo, los médicos usaron albahaca y unas pinzas. Los doctores descubrieron el insecto después de que el joven acudiera al hospital quejándose de dolor. De no haber sido extraído a tiempo, el parásito habría podido provocar daños irreparables en el cerebro.