En su reunión periódica en Fráncfort, el Banco Central Europeo (BCE) elevó a tres décimas la previsión de inflación para este año cuando hasta ahora la situaba en el cero por ciento. Su objetivo de que los precios al consumo se acerquen al dos por ciento aún está lejos, pero para el presidente del BCE Mario Draghi este cambio de inflaxión es positivo.
“La recuperación está en marcha, de acuerdo con nuestras proyecciones”, se felicitó Draghi. “Sin embargo, ya habíamos predecido unas cifras complicadas. Un alargado periodo con unos tipos de interés muy bajos provoca una serie de riesgos financieros y volatilidad. ¿Pero es esta una razón para cambiar nuestra política monetaria? La respuesta es no”.
El BCE deja intacto el tipo de interés en su mínimo histórico del 0,05 por ciento y, desde marzo, compra activos tanto privados como públicos de forma masiva. Hasta ahora, ha invertido 240.000 millones de euros en títulos. Y debe continuar así hasta al menos septiembre de 2016.
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