Pasquale Scotti, del clan de la mafia napolitana Nuova Camorra, llevaba prófugo 30 años y había sido declarado culpable de haber matado a más de veinte personas en la década de los 80.
Scotti, sobre el que pesaba cadena perpetua, fue arrestado en la ciudad de Recife en una operación conjunta de la policía federal de Brasil y la
Interpol.