Cientos de nepalíes han rendido homenaje este lunes en Katmandú a las 8 600 víctimas mortales del terremoto que asoló su país hace justamente un mes.
El seísmo de 7,8 grados del 25 de abril causó también cerca de 17 000 heridos y la destrucción de medio millón de viviendas y de destacados monumentos históricos.
Millones de personas viven en tiendas o a la intemperie, temerosos de nuevos temblores.
“Todavía seguimos en un refugio de plástico”, cuenta esta mujer. “Ni siquiera tenemos una tienda como las que distribuye el Gobierno. Aún tenemos miedo y estamos preocupados. No sabemos cuántos meses continuaremos así”.
El Gobierno nepalí, acusado de una pésima gestión de la ayuda, estima en 7 000 millones de dólares el coste de la reconstrucción, un tercio de su PIB. Su principal fuente de ingresos, el turismo, se encuentra paralizada.
Mientras muchos estudiantes, que han perdido a compañeros y maestros, esperan ansiosos la reapertura de sus escuelas.
“Hasta hace poco nos qu
