Le tocó una tarea difícil: dirigir de manera interina a Alianza Lima en medio de una minicrisis generada por la suspensión de seis jugadores y la renuncia de Guillermo Sanguinetti. Gustavo Roverano, igual, aceptó el reto. El premio lo obtuvo hoy al vencer 1-0 a Universitario en el clásico del Torneo Apertura. Por eso se quebró al final del partido.