El PP ha perdido la mayoría del poder autonómico que tenía desde 2011, puesto que no ha logrado revalidar ninguna de sus mayorías absolutas, y sólo podrá seguir gobernando en Castilla y León, Murcia y La Rioja, donde ha rozado la ansiada cifra de la mitad más uno de los diputados, si pacta con Ciudadanos.