David Cameron escenifica su inminente lucha contra la inmigración ilegal junto a las fuerzas de seguridad. Varios agentes han llevado a cabo redadas en Londres antes de recibir las felicitaciones del recién reelegido primer ministro británico. El mismo jueves se daban a conocer unas cifras oficiales que indicaban que la inmigración neta del país en el último año era de 290.000 personas, 100.000 más que las prometidas por los conservadores en su programa electoral.
Su líder ha anunciado un proyecto de ley que previsiblemente presentará el próximo miércoles. “Puedo anunciar que seguiremos adelante con un nuevo cuerpo especial de inmigración que tiene que empezar haciendo del Reino Unido un lugar menos atractivo para vivir y trabajar de forma ilegal. La verdad es que ha sido muy fácil trabajar ilegalmente y utilizar trabajadores ilegales aquí en el Reino Unido. Así que vamos a dar un paso radical y a convertir el trabajo ilegal en un delito criminal”, explicaba Cameron.
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