Ante estimaciones del Banco Central de Brasil, que indican que el país terminará el año con una contracción económica de 1.20 por ciento, la peor desde 1990, y una inflación de 8.31 por ciento, el gobierno brasileño impulsará un ajuste fiscal que incluye un recorte de gastos de cerca de 23 mil 300 mdd para 2015 y un aumento de impuestos. Sectores sociales se oponen a los recortes y exigen acciones para frenar la crisis. Por su parte, la presidenta, Dilma Rousseff impulsa desarrollo a infraestructura. teleSUR