Duro golpe para las autoridades iraquíes en su lucha contra el autodenominado Estado Islámico. El Ejército ha confirmado su retirada de la ciudad estratégica de Al Ramadi, que pasa a estar bajo control de la milicia yihadista. Los extremistas logran así asentarse a apenas 100 kilómetros de la capital, Bagdad.
Esta derrota supone un revés para el Gobierno, cuyo siguiente objetivo era liberar la región de Al Anbar, de la que Al Ramadi es la capital.
Para relanzar la ofensiva, las fuerzas armadas contarán con el apoyo de la llamada “Multitud Popular”, un grupo de milicias chiíes cuya participación ha sido autorizada recientemente por el Consejo de la provincia, de mayoría suní. Numerosos sectores habían mostrado su recelo, temerosos de que se repitiesen los abusos contra los suníes que se han denunciado en Tikrit, ciudad natal de Sadam Husein en la que según numerosos testigos se produjeron ajustes de cuentas.
“Con la ayuda de Dios, lograremos la victoria. No nos conformaremos co