En apenas tres horas cayeron más de 270mm de agua. Una tormenta que ha sido calificada por la primera ministra del Estado de Queensland de “diluvio excepcional”.
El aguacero sacudió el sureste de esta región australiana. La Policía recibió unas 4.000 llamadas de emergencia y miles de casas siguen sin electricidad.
“Esta noche ha habido una serie de llamadas a la policía por parte de personas atrapadas en carreteras inundadas, con sus vehículos, también en los tejados y gente que no podía nadar. Lo peor es que todavía hay personas que se arriesgan para poder escapar”, declaraba el inspector de policía Lee Jeffries.
Las cinco víctimas mortales fallecieron al encontrarse en sus vehículos cuando cayó la tempestad.
El temporal ha ido amainando a medida que se ha dirigido hacia el sur aunque los sistemas de emergencia siguen activados.
