Los guarda costas italianos fueron advertidos a través de una llamada telefónica vía satélite y enviaron una nave a 64 kilómetros de las costas libias para rescatarlos. En esos mismos momentos, ayer, los líderes europeos decidían triplicar el presupuesto para las operaciones de rescate en el Mediterráneo como respuesta a la trágica muerte de 800 inmigrantes el pasado domingo.
Hoy, ha comenzado el interrogatorio del supuesto capitán del barco pesquero, un tunecino llamado Mohamed Alí Malek, identificado como tal por los supervivientes. Su ayudante, un sirio, también, tendrá que responder a las preguntas del juez del Tribunal de Catania.
Según los testigos, el capitán viró la embarcación cuando vió llegar al barco portugués que vino en su ayuda a petición de los guarda costas italianos.
Las malas maniobras del capitán provocaron tres choques contra el cargo portugués antes de hundirse.