Libia es el punto de partida de miles de inmigrantes cuyo sueño es llegar a Europa. Proceden de países de África, Oriente Próximo, Oriente Medio y Asia. Hullen de la guerra, el hambre, la violencia y la miseria.
La inestabilidad en Libia no ha hecho más que agravar la crisis migratoria.
“Tememos que dentro de poco, si el Estado no interviene con decisión y eficacia, si las organizaciones humanitarias y los países afectados no luchan juntos contra la inmigración ilegal y nos proporcionan los recursos necesarios, se pueden producir una gran crisis humanitaria”, ha declarado Saleh Abu Dabbous, director de la oficina de deportación de Misrata.
A día de hoy, un millar de personas malviven hacinadas en un centro de detención de Misrata, uno de los más importantes del país. Proceden de Sudán, Nigeria, Eritrea o Somalia.
“Era estudiante. Vivía y estudiaba en Somalia. Mi país está en guerra y no se puede hacer nada. Así que elegí viajar a Europa”, ha explicado Abdel Rashid Ali Nour, em