El objetivo era dar más voz a los ciudadanos en Europa para que pudieran influir en el proceso legislativo. Para eso se necesitan 1 millón de firmas de ciudadanos de al menos, una cuarta parte de los Estados de la UE. Pero tres años después de su creación, la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) deja bastante que desear, según las organizaciones que se han reunido en el Comité Económico y Social.
“El proceso es sí es bastante pesado, hay una gran cantidad de requisitos legales. Cada Estado miembro pide información diferente a sus ciudadanos para que firmen la iniciativa así que es como tener 28 campañas paralelas en lugar de una campaña europea”, ha dicho Sophie von Hatzfeldt, responsable de la organización Democracia Internacional.
51 iniciativas se han recibido en los últimos tres años. Solamente unas pocas han alcanzado el umbral del millón de firmas pero no han conseguido cambiar la legislación, otras siguen recogiendo apoyos, han sido rechazadas o retiradas por los organizador