Varios cientos de personas se concentraron en el exterior del Museo Nacional del Bardo en la capital tunecina. Recibieron a los turistas que habían sido secuestrados.
Una turista francesa explicó: “Ha sido una experiencia difícil. Sé que es algo que no importa. Amo a Túnez. Vengo frecuentemente a Hammamet. Agradezco a los soldados que nos hayan protegido”.
Los manifestantes rechazaron la presión de los islamistas que en los últimos dos años han recrudecido sus ataques contra el ejército tunecino en las zonas fronterizas con Argelia.
Una tunecina, Salwa Hajriez, explicó tras la manifestación: “Siempre han matado a policías tunecinos y ahora a turistas. Eso es un pecado, vienen a nuestro país como invitados. No quiero algo así para ellos, me hace sentirme culpable, estamos verdaderamente tristes. Qué le hemos hecho a esta gente?
Varios países europeos, africanos y Estados Unidos han mostrado su solidaridad con Túnez y su compromiso contra el islamismo.
