El grupo sueco de telecomunicaciones Ericsson despedirá a 2.200 empleados de aquí a 2017 en su propio país de origen. En su objetivo de concentrarse en la actividad de redes, el antiguo fabricante de teléfonos móviles reestructura sus departamentos de desarrollo e investigación y también de ventas y administración. La estrategia es ahorrar unos mil millones de euros en tres años. La actual plantilla de Ericsson es de 115.000 trabajadores.
El japonés Sony, que había sido su socio para los teléfonos móviles, ya anunció la semana pasada la supresión de un millar de puestos en el sur de Suecia. Por su parte, Ericsson cerrará su fábrica de Katrineholm, en el sureste.