Cuatro años después del tsunami y el accidente nuclear de Fukushima, Japón volvió a rendir homenaje a los 18.500 muertos y desaparecidos por el suceso. A las tres menos cuarto de la tarde, hora local, las sirenas volvieron a sonar durante el minuto de silencio en todo el país.
En el Teatro Nacional de Tokio, se celebró una ceremonia oficial con la presencia de la pareja imperial, el primer ministro Shinzo Abe y familiares de las víctimas de la tragedia.
“Las circunstancias en torno a los supervivientes siguen siendo duras”, lamentó el emperador Akihito. “Es importante que esta nación continúe estando unida en su corazón con los afectados”.
Por su parte, el primer ministro Abe reconoció que unas 230.000 personas aun no han podido volver a sus casas. Tanto por los destrozos causados por el agua como por la contaminación radiactiva emitida por la central nuclear. Algunos viven desde entonces en casas de parientes y amigos y en hospitales y centros de salud. Pero 80.000 continúan en