Un grupo de geólogos, encabezado por el Dr. Azzacov se encontraba realizando un pozo en la corteza terrestre con el fin de poder estudiar su interior. A los 14,4 km, y colocando micrófonos en las profundidades para poder captar los movimientos sísmicos, pudieron captar multitud de gritos de sufrimiento.
De esta información se hizo eco el diario finlandés “Ammenusastia”, y dio rápidamente la vuelta en los círculos parapsicológicos mundiales, generando un ámplio debate. Aunque, tan rápido como se dio a conocer, los medios dejaron de hacerse eco de la noticia.
Rápidamente los detractores saltaron a la palestra afirmando que todo era mentira y que todo era un fraude. Por otro lado, la parapsicología entró también a opinar, e incluso grupos satanistas afirmaron que las voces provenían del mismísimo infierno