La Fiscalía de México concluye que los 43 estudiantes desaparecidos hace 4 meses fueron asesinados e incinerados por miembros del cártel Guerreros Unidos.
Un análisis científico, asegura tras las investigaciones de los peritos de la policía científica y los testimonios de casi un centenar de personas.
Los familiares responden que no hay pruebas científicas que confirmen la versión de la fiscalía a la que acusan de pretender cerrar el caso por la cercanía de las elecciones y, a “unos días” de la llegada de los expertos de
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que darán asistencia técnica en la investigación del caso.
Entre los puntos débiles de la investigación, señalan la poca fiabilidad de los testimonios de integrantes de una organización criminal. Los peritajes, dicen, tenían que ser
avalados por los peritos argentinos dado que la fiscalía cuenta con un “largo historial” de cambios “a modo” de las pruebas, así como las declaraciones de detenidos obtenidas “bajo
