Una pareja de mujeres fueron expulsadas el pasado seis de enero de un café en Viena, lo que provocó que este viernes se concentrasen miles de personas frente al negocio y se besasen para protestar contra la homofobia y la discriminación.
Un acto en el que se reivindicaba la igualdad.
Anastasia López es una de las chicas expulsada:
“Quise hablar con la encargada y ella nos dijo que lo que estábamos haciendo era asqueroso y que estaba enfadada con nosotras. Que era más propio de un burdel que de un café vienés tradicional.”
Varios miles de personas, según los convocantes, unos dos mil según la policía, se concentraron frente al local, una típica cafetería situada en el casco antiguo de la capital austriaca.
Otras personas se reunieron para apoyar la decisión de la encargada del local, como este chico que dice:
“Estamos aquí para solidarizarnos con la encargada del café Prueckel porque creemos que ella tiene el derecho a decidir quién puede entrar y quien no en su café”
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