Ni hurones ni chinchillas ni serpientes: la mascota más original es un zorro siberiano domesticado.
En Rusia llevan experimentando con la domesticación del zorro desde la década de los 50, y Villia es el fruto de esas investigaciones.
Villia creció en una granja doméstica y fue trasladada a su actual hogar con sólo mes y medio, pero en seguida se adaptó a la convivencia con Irina y su pastor alemán.
Los vecinos ya se han acostumbrado a ver al trío pasear. ¿Se animarán más a adoptar zorros?