Calles completamente anegadas y personas que apenas pueden caminar entre las aguas para salvar su vida. Es el resultado de la tormenta tropical que está azotando el sur de Asia.
En Filipinas se ha cobrado ya la vida de, al menos 30 personas, entre ellos una niña de ocho años, victimas de cortocircuitos, corrimientos de tierra o arrastrados por la fuerza del agua.
La tormenta ha atravesado el centro del país provocando numerosos daños a su paso. Más de 1700 personas han tenido que abandonar sus casas ante la virulencia de este fenómeno atmosférico.
Sus efectos también se están dejando notar con fuerza en Tailandia o Malasia donde ya hay cerca 220.000 desplazados. Este país sufre, así, las peores inundaciones en más de una década, especialmente en el noroeste de la península. El agua ha provocado, además, el corte de numerosas carreteras lo que está dificultando el reparto de ayuda humanitaria