El presidente ruso, Vladímir Putin, aprobó un documento, que sustituye al de 2010 y que identifica nuevos escenarios peligrosos para su integridad nacional.
El principal es el incremento del potencial militar de la Alianza Atlántica y su acercamiento a sus fronteras.
La nueva doctrina también apunta a los conflictos armados que se están desarrollando en los países limítrofes, como en la vecina Ucrania.
Este país que, al igual que la OTAN acusa a Rusia de enviar tropas para romper su unidad territorial, asegura no tener miedo de la nueva estrategia militar de Moscú.
“Los rusos han pasado de considerar a Ucrania como un aliado estratégico a un enemigo estratégico. No les perdonaremos ni la anexión de Crimea ni nuestras víctimas del este del país. Ucrania está preparada para afrontar estos desafíos. Estamos desarrollando nuestra doctrina militar y responderemos a todas las amenazas de la Federación Rusa”, decía el diputado ucraniano Serguéi Pashinsky.
En el nuevo documento, Moscú apuesta por el uso de fuerzas convencionales y no nucleares en la defensa de las posibles amenazas, introduciendo el concepto de “contención no nuclear”.
La Federación rusa cuenta con 760.000 soldados en activo, poco más de la mitad de los Estados Unidos.