Todo para garantizar la seguridad de los más de dos millones de turistas que visitan la ciudad cada año, muchos para asistir al tradicional oficio en la iglesia de Santa Catalina, una de las citas que congrega a fieles de todo el mundo.
“Es un día solemne para todos los cristianos, aquí nació Jescuristo así que hemos venido para la celebración con todos nuestros seres queridos y amigos para sentir lo maravillosa que es Palestina, y felicitarnos la Navidad”, señala un vecino de la ciudad árabe-israelí de Shafa Amr.
“Hemos venido para celebrar la Navidad, en Canadá es una festividad absolutamente comercializada, demasiado Papá Noel, queríamos venir para disfrutar del espíritu del nacimiento de Jesucristo y Belén es fantástico, un sitio muy bonito. Llegamos ayer, todo está tranquilo y todo el mundo es muy amable con nosotros”, comenta un turista canadiense.
Mientras, decenas de palestinos, algunos vestidos de Papá Noel, protestaron junto a un puesto de control del Ejército israelí en contra de los asentamientos judíos en Cisjordania y para reclamar la libre circulación de personas durante la Navidad. Una Navidad que viene precedida de la enésima escalada de violencia en la zona.
Desde Argelia, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, se manifestaba el martes dispuesto a romper toda cooperación con Israel si el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas rechaza la resolución sobre el Estado Palestino que pide el fin de la ocupación.
