Cerca de 200 personas se han concentrado en la céntrica plaza de la Universidad de Bucarest. Hace 25 años, en la noche del 21 de diciembre, la mecha de la revolución prendió en la capital rumana acabando con el régimen comunista de Nicolae Ceausescu.
Pero para algunos las cosas no son como habían soñado.
“Es Rumanía la que nos ha decepcionado. ¡Cuántas esperanzas teníamos puestas en la democracia! Y vemos que lo que tenemos actualmente es una falsa democracia. Ahora nuestras esperanzas están en el nuevo presidente”, explica una mujer.
La Securitate y el Ejército trataron de aplacar las protestas, que habían comenzado días antes en Timisoara.
Pero a pesar de la violencia, los rumanos se echaron a las calles otra vez el 22 de diciembre tomando el control de la residencia del dictador. La revolución se extendió por toda Rumanía.
Ceausescu y su mujer Elena lograron escapar de Bucarest en helicóptero, pero fueron detenidos en Targoviste. Tras un juicio celebrado el 25 de diciembre fueron condenados a muerte y fusilados ese mismo día.