Un sólo médico al frente del único centro de tratamiento del ébola de Sierra Leona, gestionado por las autoridades locales.
Como la mayoría de los 260 trabajadores del complejo, situado en el barrio de Hastings al oeste de Freetown, lleva semanas sin cobrar.
Se llama Sekou Kanneh, tiene 30 años, y este hospital es su vida. Como él mismo explica, entre las paredes del recinto, está su cama, sus pertenencias. Todo para intentar salvar a la treintena de pacientes que están a su cargo.
“No disponemos de material especializado, no tenemos ninguna de las cosas que la gente supone que necesitamos para luchar contra el ébola. Incluso sin tener nada, improvisamos e intentamos hacer todo lo mejor posible”, explica Kanneh.
“¿Estáis conmigo? Aunque no cobran, todos ponen en riesgo sus vidas por su país”, comenta
Según los últimos datos facilitados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de casos registrados entre los tres países de África Occidental afectados —Sierra Leona, Liberia, Guinea Conakry— alcanza los 19.031, y el número de víctimas mortales es de 7.373 personas.
Por otra parte un estudio realizado por varios expertos de las universidades de Cambridge, Oxford, y de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres ha puesto de manifiesto que las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) han agravado la situación de los países más afectados.
Los programas financieros, impuestos por este organismo, para la reducción del gasto público, del número de funcionarios, y para la descentralización del sistema sanitario, sería una de las causas que explicarían la rápida extensión de la epidemia.