Previamente, los agentes les habían concedido 30 minutos para dispersarse so pena de poder ser arrestados.
Desde el martes, es visible en todas las barricadas del barrio de negocios Admiralty una orden judicial de desalojo tras la denuncia de los comerciantes y de las compañías de transportes.
No es la primera vez que el gobierno de la ex colonia británica bajo control de Pekín trata de desmantelar los campamentos apoyándose en una orden judicial pero, esta vez, las autoridades tratarán de poner fin a más de dos meses de ocupación.
Cientos de activistas, entre ellos parlamentarios de Hong Kong y
algunos de los líderes de las revueltas, permanecen en la zona
ocupada, aunque el movimiento prodemocracia ha ido perdiendo fuelle.